La gente come tanto pollo que está cambiando el registro geológico.

Hasta ahora, ninguna especie ha tenido un efecto tan profundo en la configuración de la biosfera de la Tierra como el humilde pollo de engorde.

Tengo un leve recuerdo de mi infancia de entrar en un granero lleno de polluelos amarillos que se asoman por lo que pude ver. El granero pertenecía al primo de mi madre y él dejó que cada niño (éramos cuatro) eligiera a una chica para llevarla a la casa para jugar. Les dimos esos paseos a los pollitos en un tren de juguete y les acariciamos su suave y sedoso fuzz hasta que llegó el momento de devolverlos al establo. Cuando volvimos para otra visita, los pollitos se habían ido y estaba devastada.

Ese granero de 50,000 polluelos es una escena que se puede encontrar en todo el mundo, gracias al insaciable apetito de los humanos por el pollo. Los pollos de engorde, como se llaman las aves criadas para la carne, son las especies de aves más pobladas de la Tierra, con un estimado de 23 mil millones en el planeta en un momento dado. Esto es diez veces más que la siguiente especie más poblada (la quelea de pico rojo del África subsahariana, 1.5 billones) y cuarenta veces más que el gorrión.

Los humanos crían y comen tanto pollo que los científicos dicen que tendrá un efecto permanente en el registro geológico. Nuestra era en la Tierra estará marcada por una capa de huesos de pollo, junto con el plástico, el concreto y el carbono negro que quedaron de la quema de combustibles fósiles.

Un estudio publicado esta semana por la Royal Society describe el monstruo que hemos creado en el último medio siglo de cría de pollos. La industria depende totalmente de la tecnología, desde la incubadora de huevos hasta el matadero; y los pollos de engorde modernos, 90 por ciento de los cuales son suministrados por tres compañías, lo que paraliza la diversidad genética entre razas comerciales, no sobreviviría sin el apoyo humano. Del estudio:

"El rápido crecimiento del tejido muscular de la pierna y la mama conduce a una disminución relativa en el tamaño de otros órganos como el corazón y los pulmones, lo que restringe su función y, por lo tanto, la longevidad. Cambios en el centro de gravedad del cuerpo, reducción del músculo de la extremidad pélvica la masa y el aumento de la masa muscular pectoral causan una mala locomoción y frecuentes cojeras ".

Atrás quedaron los días de picotear insectos en el patio trasero. Los pollos de engorde modernos ahora se alimentan de cereales como el maíz, el trigo y la cebada que se mezclan comúnmente con harina de pescado y se procesan en el criadero y los desechos de pollos de engorde (cáscaras de huevo, pollos y pollos).

"El moderno pollo de engorde, con una vida promedio hasta el sacrificio de una escasez de cinco a nueve semanas, según varios cálculos, tiene cinco veces la masa de su ancestro. Tiene una mutación genética que lo hace comer de forma insaciable para que aumente de peso rápidamente. .. Y debido a su dieta, pesada en granos y baja en semillas e insectos del patio trasero, sus huesos tienen una firma química distinta ".

Esto significa que los geólogos del futuro podrán reconocer los huesos que pertenecen a Gallus gallus domesticus , además del hecho de que los huesos de pollo no se descomponen fácilmente cuando los arrojamos de la manera que lo hacemos, envueltos en una bolsa de plástico de otra basura doméstica. En lugar de descomponerse, se fosilizan. Y, en palabras de Gorman, "hay tantos, tantos huesos".

El artículo de la Royal Society no toma una postura moral sobre el tratamiento y consumo de pollos por parte de los humanos; simplemente establece los hechos. Pero uno no puede evitar sentirse incómodo al leerlo. Es una reminiscencia inquietante de un guión de película de terror, que describe un futuro distópico en el que el suelo está lleno de restos de criaturas que fueron brutalmente dominadas y devoradas por otra. Algo sobre el gran número de pollos consumidos (65 mil millones al año) también lo hace profundamente inquietante: un animal entero sacrificado por cada comida o dos.

Léelo, absorbe y deje que influya en sus elecciones de alimentos.