Vodafone también retira su publicidad a La Noria.

Consigue con Vodafone y en un solo click  el mejor precio que puedas encontrar. Y hablando del tema que nos ocupa, resulta que Vodafone ha dicho por su tuiter (hoy día, hasta las empresas de telecomunicaciones dan los comunicados por el twitter), solicitó a La Noria, que no emitiera publicidad en su programa, debido a la polémica que se ha generado por la entrevista realizada a la madre del que mató a Marta del Castillo.

La cadena le respondió que por razones técnicas le resulta imposible suspender dicha emisión, mostando su rechazo expreso a que estos anuncios sean emitidos, así que Vodafone quiere hacer público que estos anuncios se echan por la tele en contra de su consentimiento, no sé, que rarito todo, vamos, que telecinco va a emitir gratis anuncios de Vodafone y todo por un suceso cometido en España. Sucesos como el de Marta hay a docenas diariamente, incluso peores, no entiendo a que viene esta rasgadura de vestiduras.



Andrés Iniesta se acostumbró la temporada pasada a ser recibido con aplausos en casi todos los campos. Incluso en feudos tan abiertamente hostiles a su equipo, el Barcelona, como el propio Santiago Bernabéu o Cornellà-El Prat. Uno de los pocos estadios que cambió la ovación por los pitos fue San Mamés. Una acción que, a la postre, supuso la expulsión de Amorebieta (quien ayer, una vez más, tomó el camino de los vestuarios antes de tiempo) fue el detonante. O quién sabe si la excusa perfecta. Los aplausos cosechados en campos como el del Real Madrid o el del Espanyol se fraguaron en Sudáfrica, con aquel gol que valió el primer Mundial de su historia para la selección española. San Mamés no olvida.

Ayer, el manchego tuvo que soportar toda una sinfonía de silbidos en todas y cada una de las veces en las que participó en el juego. Eso sí, sin verse aparentemente afectado por ellos. Con todo, su puntería anduvo más que desviada. En la primera mitad, no supo aprovechar un regalo de la defensa rival para batir a un Gorka que estaba muy lejos de la línea de gol. Y en la segunda, cuando el partido moría, antes de que Messi salvara los muebles, no acertó a enviar entre los tres palos una buena combinación en ataque de los barcelonistas.

A Iniesta le tocó jugar en un campo de minas. La lluvia, los pitos de la grada, la agresividad de los rivales... Todo parecía estar en su contra. Y contra sus compañeros, si bien a ellos no les regalaron tanto los oídos como a él mismo. Su gran amigo, Víctor Valdés, vio como al final se rompía una racha de imbatibilidad que se prolongaba por más de nueve partidos.

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