Electricidad flotante

Cada año, alrededor de 80 países en el mundo tienen el problema de la escasez de energía. Esto asegura que la demanda de sistemas de seguridad energética nunca se detenga.

Pero ningún país es seguro.

Con la crisis de Fukushima, Japón, un país perfectamente capaz de atender cualquier emergencia energética, se encontró en la cima de la lista de compradores de equipos de emergencia.

Por otro lado, sin energía, el mundo volvería a la Edad Media.

Esto hace de este mercado un sector muy rico. Millones de sistemas de energía se instalan en todo el mundo cada año. A todo esto se suma otro problema: el envejecimiento de la infraestructura y el aumento de los desastres relacionados con el cambio climático. Nos aseguraron que el concreto reforzado y el concreto durarían muchas decenas de años y que los problemas en las plantas de energía nuclear serían raros.

No fue así.

Cualquier región del mundo golpeada regularmente por tifones y huracanes, terremotos y tsunamis está tomando precauciones. Y el problema son solo las emergencias. De hecho, en estos casos, se conceden excepciones a las normas ambientales estándar. Peor aún, las energías renovables rara vez son consideradas, ya que son incapaces de suministrar energía a pedido. No pueden producir a voluntad, y por lo tanto no son suministros estables. Esta es la razón por la que el suministro local de energía suele estar garantizado por el queroseno y el gas natural comprimido. Principalmente utilizado para generadores pequeños y portátiles. Pero dado que casi todos los generadores son ruidosos, las innovaciones de estos sistemas se han limitado a la reducción del ruido y al ahorro de combustible.

Pero quizás haya otra solución.

Cuando hubo un apagón después del desastre de Fukushima, Morten Sondergaard se preguntó cómo asegurar la electricidad a una megalópolis de 36 millones de personas como Tokio. Así, se recordó que las plataformas petroleras tienen barcos para el suministro de energía en alta mar. Además, las redes eléctricas rara vez sufren tanto daño que no se pueden usar completamente, y de hecho la red de Tokio estaba intacta. Habría sido posible generar energía con un barco, utilizando turbinas y generadores ya presentes en el barco, y alimentando a Tokio.

Tal nave podría producir electricidad y almacenarla. En el caso de Tokio, el barco puede amarrarse en el centro de la ciudad. O si los permisos fueran difíciles de obtener, el barco podría estar en aguas internacionales y con un cable para conectarse a la costa.

El Sr. Sondergaard puso su idea en acción en Dubai. Ha instalado 8 generadores, con una capacidad combinada de 200 MW / hora en un barco grande. Usó biodiesel, lo que lo convierte en el primer barco propulsado con energía a partir de biocombustibles. Este barco está listo para suministrar energía a un área de desastre, o para suministrar electricidad adicional durante los períodos pico, como el verano.

La propuesta de Morten es tener más barcos en espera, listos para cualquier urgencia. Un barco completamente cargado podría contener hasta 80,000 toneladas de biocombustibles, asegurando un suministro independiente de electricidad durante 3 meses, sin interrupción, a una tasa de alrededor de 200 MW por hora.

Esta elección estratégica no debe limitarse a emergencias, también podría proporcionar la potencia adicional necesaria para los principales eventos deportivos, como los Juegos Olímpicos o la Copa Mundial de fútbol.

Esta es una gran oportunidad.