La vejez vuelve a las personas transparentes
Despierta miedo. A la vejez se asocia la idea del deterioro y la muerte, en una sociedad donde el mito de la eterna juventud niega el paso del tiempo. Las personas no quieren envejecer y los propios viejos no quieren serlo. Pero en 2050 la mitad de la población en España será mayor de 55 años, lo que la convertirá posiblemente en el país más envejecido del mundo, por delante de Italia y Austria, e incluso de China. Vemos la vejez como algo peyorativo y tenemos cientos de prejuicios y estereotipos, tanto los jóvenes hacia los mayores, como estos sobre sí mismos. Durante años hemos usado la palabra viejo como algo negativo: la vieja de matemáticas, el viejo verde… Como si ser mayor fuera una ofensa per se... Asistimos a un bombardeo permanente de imágenes que nos instan a transformar el cuerpo en objeto de un culto obsesivo. Ser bellos, con éxito y siempre jóvenes es casi el paradigma de felicidad en nuestra vida cotidiana. Un conocido cantautor dice muy acertadament«No le quite años a su vida, póngale vida a los años».
Lola Herrera y Eva García Sáenz son la cara y el reverso de una misma moneda. La primera, veterana actriz, tiene 77 años y sigue siendo tan hiperactiva que, además de trabajar en el teatro, ha creado una línea de moda que ella misma diseña. Se define a sí misma como una vieja y está orgullosa de serlo. Eva, en cambio tiene 40 años y es madre de dos niños pequeños. Ha escrito un libro en el que sus protagonistas tienen miles de años, pero a ella le aterra la idea de padecer cualquier enfermedad degenerativa que le impida cuidar de los suyos. Eso sí, le angustia mucho más no tener siquiera la posibilidad de llegar a la tercera edad.
¿La vejez tiene mala prensa en nuestra cultura?
¡Malísima! Cuando llega nos volvemos transparentes y la gente no nos ve. Ser viejo es fatal, hay que ser joven siempre. ¡Con lo poco que dura la juventud!
Eva: En nuestra sociedad hay un afán de ocultarla. Solo se muestra lo joven, lo bello y lo efímero.
¿Hay una madurez psicológica independientemente de la física?
Es cuestión de actitud. Hay gente joven derrotista, que se aferra a sus ideas y no está dispuesta a cambiar, y se convierten en viejos prematuros. Y hay personas de 70 años que se ponen el uniforme mental de ancianos y se quejan por todo.
No estoy de acuerdo. Es posible que haya gente que tenga que ponerse ese uniforme, pero no porque ellos quieran, sino porque los aparcan. Yo soy vieja y creo que el mundo que me rodea no me deja expresarme. A los viejos se nos va aislando, aunque no es mi caso.
Cremas antiedad, cirugía estética para parar el paso del tiempo... ¿Estáis a favor o en contra?
Limitar la belleza a la juventud me parece de una pobreza tremenda. Las caras surcadas de arrugas reflejan la vida, pero nuestra sociedad no lo acepta, de ahí el auge del bótox y de las operaciones estéticas. Estoy en contra del exceso. No tiene sentido que la gente empiece a parecerse sin ser familia y tenga una cara rara.
Estoy de acuerdo. Para eliminar las arrugas estamos llegando a un grado de fealdad extremo, con esos rostros completamente artificiales carentes de personalidad.
¿Llamar 'viejo' a alguien se ha convertido en una ofensa?
A quienes quiero los llamo abuelos y, en general, gente mayor. Solo digo ancianos a partir de 90 años, y nunca viejos. El término está muy denostado y aprecio un matiz peyorativo.
A mí me parece mucho más bonito decir viejo que tercera edad. Soy muy de Valladolid y, como buena castellana, creo que hay que llamar a las cosas por su nombre. Se puede decir que una persona es muy mayor, muy muy mayor, muy muy muy mayor… Pero yo uso la palabra viejo.
Todos queremos una vida larga, pero nadie quiere llegar a viejo. ¿Es porque se asocia con la muerte?
Son términos que se confunden. Yo estuve a punto de morir hace un año, con casi 40, y es angustioso pensar que todo se acaba, sobre todo por tus hijos.
Soy consciente de que me queda menos tiempo de vida e intento aprovecharlo. La muerte es una perfecta desconocida y ahora le tengo solamente respeto, pero tuve que hacer una larga terapia, porque me horrorizaba hablar de ella. Nací con fórceps, con la clavícula rota y llena de arañazos, y no me quiero morir asustada también.
¿Da también miedo perder potencia sexual o lozanía?
¿Sexo? ¿Qué es eso? (Risas.) El sexo es importante en un momento determinado, pero está aparcado de mi vida por decisión propia; me da mucho más miedo el declive físico o mental.
Todo lo relacionado con el sexo se ha mitificado. Lo que me da pavor es que pueda llegar un momento en que mi marido o mis hijos tengan que hacérmelo todo. Cuando mi abuela murió de Alzheimer yo era jovencita, vi ese declive y me impresionó mucho.
Entonces, ¿hay que temer o no a la vejez?
Es algo natural. De la misma forma que tienes que aprender a andar y a hablar cuando eres pequeña, ahora debes descubrir cómo administrar el tiempo y las energías, porque se van mermando. Si tienes buena cabeza, hay un territorio maravilloso para volar y alimentarte de lo que no puedes hacer físicamente.
Me da miedo no llegar a vieja, pero también el declive físico y la muerte.
¿Son invisibles los mayores en los medios de comunicación?
Solo se hacen visibles para hablar de las pensiones. Cuando sale en televisión una ministra y habla de que los jubilados tienen que pagar los medicamentos, pero dice que equivale solo a un café, pienso: «¡No sabes que a lo mejor no puede tomarse ni un solo café!». Tengo una tía que cobra 370 euros. ¡Cómo va a vivir con eso!
Completad la frashay que envejecer con….
Dignidad.
Inteligencia.
Cuando tenemos 30 años decimos: «¡Qué joven el de 20!». A los 60: «¡Qué joven el de 40!». ¿El que no se consuela es porque no quiere?
¡Veo a mucha gente joven por la que no me cambiaría ni loca! Bueno, no lo haría por nadie, ni joven ni viejo. Se entiende mejor la vida cuando has vivido.
Tampoco yo volvería a los 20 o a los 30. Mis experiencias, buenas y malas, me hicieron crecer y madurar, y soy fruto de lo que he vivido.
¿Se aprende a hacerse mayor?
Depende de las familias. Enseguida se ve cuando hay padres que han enseñado a sus hijos a respetar y cuidar de sus mayores. Pero, en general, es una experiencia personal e intransferible y, además, solitaria.
Ahora es mucho más solitaria que antes. La vida es un toma y daca, y deberíamos devolver a nuestros mayores lo que nos han aportado desde que éramos pequeños. Tendríamos que ser más agradecidos con los viejos de nuestra propia familia.
¿Cómo veríamos esta etapa si viviésemos más?
Con los años se acentúan los rasgos de nuestro carácter. En lo bueno y en lo malo. Yo sigo siendo hiperactiva y hago mil cosas, pero con más serenidad. Por ejemplo, me tranquiliza mucho oír el ruido de las olas en casa; eso es lo que llamo refugio mental.
"Si tienes buena cabeza, hay un territorio maravilloso para volar y alimentarte de lo que no puedes hacer físicamente."
"Me da miedo no llegar a vieja, pero también el declive físico y la muerte."
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