Instalando minas en los asteroides
Los astrónomos perciben a menudo los asteroides como una amenaza ocasional para la supervivencia del planeta. Ahora, una compañía estadounidense se propone convertirlos en explotaciones mineras de las que extraer níquel, platino, oxígeno o agua.
La empresa se llama Planetary Resources y sus fundadores son Eric Anderson y Peter Diamandis. Anderson es uno de los pioneros del turismo espacial y Diamandis es el responsable de la fundación que ofreció 10 millones de dólares al primero en construir una nave espacial tripulada sin dinero público. Ambos tienen un perfil muy similar y su objetivo es convertir el espacio en un negocio rentable a base de explotar los recursos minerales de los asteroides.
Anderson y Diamandis tienen en nómina a 25 ingenieros y se han atraído el respaldo de figuras como el cineasta James Cameron y los responsables de Google Eric Schmidt y Larry Page. Todos son conscientes de que no es un negocio rentable a corto plazo. Pero piensan que los asteroides son la respuesta al encarecimiento de algunos metales y aventuran que podrían ser un primer paso para preparar una segunda edad dorada en la conquista del espacio.
Planetary Resources se fundó en 2018, pero se ha mantenido en estado latente durante dos años. Los necesarios para hacer cálculos y sumar al proyecto nombres importantes como el de Christopher Lewicki, ex responsable de las misiones a Marte en el laboratorio de reactores de la NASA. La empresa tiene pensado hacer su vuelo inaugural antes de dos años e identificar primero los asteroides que merece la pena explotar. Sus fundadores aseguran que las primeras explotaciones estarían listas a largo de la próxima década.
El proyecto sigue la senda trazada por el catedrático John S. Lewis, que en los años 90 publicó Mining the Sky: un libro que detalla los pasos necesarios para explotar los recursos naturales del espacio en las próximas décadas. «El espacio es la vía para resolver nuestros problemas de abastecimiento», explica Lewis. «Hay suficientes materiales en los asteroides que rodean la Tierra para abastecer a una población de unos 40.000 millones de personas hasta que el sol se apague. Los metales y el agua serían el primer objetivo. El asteroide más pequeño contiene 40 veces más metales de los que hemos extraído los seres humanos desde el principio de los tiempos».
Lewis reconoce que el gran obstáculo que debe salvar el proyecto es garantizar su financiación hasta que sea rentable. Pero asegura que llega en un buen momento y le tranquiliza la presencia entre los inversores de empresarios multimillonarios: «Son personas que adoran el espacio pero si ponen dinero es porque piensan que puede ser un negocio rentable».
La imaginación de Lewis es inagotable. «Podríamos vaciar esos asteroides y crear colonias subterráneas que mantuvieran a sus habitantes a salvo de la radiación solar y podríamos construir esas colonias con los metales de los propios asteroides», explica, «aunque también podríamos usar sus recursos en una misión a Marte. Podríamos extraer los metales para construir la nave y transformar el hielo en vapor para propulsarla. Incluso podríamos hacer el viaje junto a un asteroide para proteger a los astronautas de cualquier inclemencia».
No todos los científicos comparten el entusiasmo de Lewis. El historiador David S. Portree decía ayer en la revista Wired que no tiene sentido explorar la minería de asteroides hasta que tengamos bases estables en el espacio: «Ahora mismo sería como tener un petrolero fondeado junto a la costa de la Inglaterra medieval. Sus habitantes serían conscientes de la utilidad del petróleo, pero no serían capaces de aprovecharlo».
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