Playeras o botas... dura decisión.
Buen día hoy! Otra semana más de pelea, esta vez en el Índico. El primer momento complicado tras salir de Sudáfrica fue cuando tuvimos que decidir cómo dejar la costa africana para ir hacia el Este. Teníamos que cruzar la corriente de Agulhas, unos tres nudos de corriente en contra del viento, que en ese momento era de unos 20 o 25 nudos, así que nos daba un poco de miedo el que se montasen unas olas cortas, tipo Mediterráneo, que son las que estropean el barco.
Nos vimos sorprendidos al ver algunas declaraciones de otros barcos diciendo que habían tenido olas enormes, no sé si hubo un gran cambio de las condiciones en pocas millas o es que son un poco fantasmillas, pero el caso es que pudimos cruzar sin líos.
Después de unos días de desesperación en la zona de calmas, con la flota tirándose de los pelos, empezamos a ver diferentes alternativas. El Groupama se la jugó el todo por el todo al Sur y el Sanya iba hacia vientos muy fuertes, ambos por rodear esa zona de calmas que nos estaba haciendo la vida imposible. Sanya pasó la tormenta, pero rompió una pieza del mástil y ha tenido que parar en Madagascar.
A Cammas le ha salido bien la jugada y lo tiene todo de la mano para ganar la etapa. El Puma está un poco mejor que nosotros, pero todo está en el aire. A los kiwis les hemos conseguido pasar, ahora están a unas 20 millas por nuestra popa, que también con todo lo que queda es poca cosa. La temperatura empieza a subir rápidamente. El agua está ya a 25 grados, así que los rociones son más llevaderos. Estamos entre las botas, porque llevar los pies secos es un lujo, o las playeras, que van mojados pero fresquitos... dura decisión. Creo que las botas siguen siendo la mejor opción, pero mañana habrá que cambiar...
La gente a bordo está contenta, seguimos en el liderato provisional, así que vamos a pelear por ello y luego vendrá la movida del carguero por los piratas… ¡Qué lío! Eso sí que nos da pereza, pero hasta que no acabemos esta etapa no hay que pensar en ello.
Nos vimos sorprendidos al ver algunas declaraciones de otros barcos diciendo que habían tenido olas enormes, no sé si hubo un gran cambio de las condiciones en pocas millas o es que son un poco fantasmillas, pero el caso es que pudimos cruzar sin líos.
Después de unos días de desesperación en la zona de calmas, con la flota tirándose de los pelos, empezamos a ver diferentes alternativas. El Groupama se la jugó el todo por el todo al Sur y el Sanya iba hacia vientos muy fuertes, ambos por rodear esa zona de calmas que nos estaba haciendo la vida imposible. Sanya pasó la tormenta, pero rompió una pieza del mástil y ha tenido que parar en Madagascar.
A Cammas le ha salido bien la jugada y lo tiene todo de la mano para ganar la etapa. El Puma está un poco mejor que nosotros, pero todo está en el aire. A los kiwis les hemos conseguido pasar, ahora están a unas 20 millas por nuestra popa, que también con todo lo que queda es poca cosa. La temperatura empieza a subir rápidamente. El agua está ya a 25 grados, así que los rociones son más llevaderos. Estamos entre las botas, porque llevar los pies secos es un lujo, o las playeras, que van mojados pero fresquitos... dura decisión. Creo que las botas siguen siendo la mejor opción, pero mañana habrá que cambiar...
La gente a bordo está contenta, seguimos en el liderato provisional, así que vamos a pelear por ello y luego vendrá la movida del carguero por los piratas… ¡Qué lío! Eso sí que nos da pereza, pero hasta que no acabemos esta etapa no hay que pensar en ello.
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