Bustamante va sin freno
Son los minutos previos a salir a la pista. Empieza la concentración. David Bustamante da un par de saltos sobre su sitio. Bromea. Relaja los brazos. Se ajusta la ropa. Sin aviso, se lanza al suelo para hacer un minuto de flexiones. Está activado. Tenso. Ha llegado el momento. Sale a escena. Ruge la pista. Pero no son los gritos de los fans. Son motores. Hoy no hay micrófono. Hay casco y acelerador y freno. Bustamante se sube en un kart. Desde este lunes (22.30 horas) conduce una nueva experiencia: es uno de los jurados de El número uno, el talent show que es la gran apuesta de Antena 3.
Apenas pisa el freno en el trazado del Carlos Sainz Center. Su vida es una cuestión de velocidad máxima. Pasó del andamio a la fama igual de rápido que un Ferrari acelera de 0 a 100. Y como los buenos pilotos, ha sido pretendido por varias escuderías -Telecinco también lo quiso para su talent show La Voz, de características similares-. «Hubiera dicho que no siempre, porque da miedo ser un poco traidor, pasarse al bando contrario. Cuando me presentaron El número uno y vi lo cuidado que estaba, lo blanco y familiar que era, me convencí. Decidí y estoy contento», explica a este diario Bustamante. Que el programa lo produzca Gestmusic también fue determinante: «Es una productora que conozco hace tiempo, empecé con ella -también realizó Operación Triunfo-».
Durante la carrera, de vez en cuando mira hacia atrás, a ver cómo está la situación. También lo hace en su vida. No olvida de dónde viene. «Lo mío, como lo de los compañeros de OT, era una cosa de soñadores. Surgió la posibilidad y llamamos para ver si nos daban la oportunidad. Si nos escuchaban. La gente ahora viene muy preparada». A él le costó disfrutar de su experiencia. La presión y los nervios le podían. «Me ha tocado madurar y tranquilizarme».
Bustamante será el puente entre el jurado -que completan Miguel Bosé, Ana Torroja, Sergio Dalma y Natalia Jiménez- y los concursantes. «Los demás no saben lo que es estar al otro lado. Espero no ser muy blando. Mi mujer dijo hace poco: 'No sé qué va a hacer David, porque es tan blando y bueno que no sabe decir que no a nadie'. Nena, cállate, por lo menos que no se note», bromea.
«Alguno de los que conocéis os va a sorprender, porque me van a quitar la fama de emotivo. Hay mucha lágrima fácil por ahí», dice entre risas. Habla de Miguel Bosé, que en la grabación del primer programa -el resto serán en directo- se emocionó.
- ¿En qué es el número uno?
- Me considero el papá numero uno, no hay quien me gane. Y creo que como marido también.
Juntar a este jurado no ha sido sencillo. Muchas horas de negociaciones, y no solo económicas. Cuadrar las agendas de estos cinco artistas ha sido un puzzle complejo. Bustamante considera que «no tengo nada que perder por ser jurado. Paso mi examen cada día» y reconoce que «es mucho más difícil cantar ante un jurado que juzgar. Tienes una gran responsabilidad, pero lo difícil es desnudarte, mostrar tu alma y talento, interpretar un tema».
El cantante explica cuál será su cometido y el de sus compañeros: «Hacer una crítica, una valoración constructiva, técnica y objetiva. Aquí no buscamos el morbo, sino hacer artistas para que se queden».
- ¿La gente acude en busca de una profesión o de fama?
- Buscan ser alguien en el mundo de la canción. Buscan trabajar, no quieren ser conocidos sin más. Ser profesionales.
Como los pilotos de verdad, repone líquidos mientras espera para subir a lo más alto del podio. Sabe bien lo que es ser un número uno.
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