Ortega Cano paga a los peritos

Tres peritos contratados por José Ortega Cano mantienen que el torero no sólo no circulaba a más velocidad de la permitida cuando se produjo el accidente, en mayo del año pasado, que le costó la vida a Carlos Parra, sino que, además, su reacción para evitar la colisión fue «rápida», aunque insuficiente. Los tres profesionales firman dos informes que la defensa del diestro entregó la semana pasada en el Juzgado de Instrucción número 7 y que sostienen, en buena medida, su estrategia de cara al juicio. 

El abogado de Ortega Cano, y el propio acusado, mantienen que la velocidad era correcta y que el accidente se produjo debido a algún tipo de distracción posiblemente relacionado con la afección cardiaca que sufre. En esta línea, los peritos coinciden en cuestionar la validez de las investigaciones de la Guardia Civil, especialmente en lo que se refiere a los cálculos técnicos que cuantificaron que el vehículo del torero, un Mercedes R320, circulaba a 125 kilómetros por ahora aquella tarde del 28 de mayo cuando chocó contra el Seat Altea que conducía Carlos Parra. 

El más detallado y concreto es el informe que firman dos ingenieros industriales del Instituto de Investigación en Ingeniería de la Universidad de Zaragoza, que llegan a afirmar que los peritos del instituto armado se equivocaron al hacer los cálculos sobre las velocidades de los coches implicados en el siniestro. En lugar de los 125 kilómetros por hora fijados para el vehículo de Ortega Cano, los peritos universitarios estiman que el Mercedes iba a un máximo de 96 kilómetros por hora y a un mínimo de 79, mientras que el turismo del fallecido rodaba a un máximo de 40 kilómetros por hora. 

Aunque no da datos científicos ni se basa en cálculos matemáticos, el autor del tercer informe, el ingeniero técnico industrial Francisco Galadí concluye asimismo que el instituto armado erró en sus investigaciones. No sólo eso, sino que va más allá y defiende explícitamente la actuación de Ortega Cano al volante. 
Mientras tanto, los abogados que representan a la familia de Carlos Parra denunciaron ayer presiones hacia testigos que ellos han propuesto. Según Andrés y Luis Romero, del bufete Luis Romero y asociados, dos personas que prestarán testimonio en el juicio, han recibido la visita de empleados y amigos del torero para interesarse por lo que tienen pensado declarar. 

La última de estas visitas se produjo, señalaron los letrados, el pasado mes de enero, cuando una persona que se identificó como «peluquero personal» de Ortega Cano se presentó en el domicilio de un testigo propuesto por la familia de Parra para acreditar que el diestro estuvo bebiendo antes del siniestro. 
Este extremo fue desmentido con rotundidad por el abogado de José Ortega Cano, Enrique Trebolle, quien negó que se hayan ejercido presiones, directa o indirectamente, sobre testigos.

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