Una Miss diferente
Lejos de rendirse, esta joven de Vancouver decidió plantar batalla y, ayer, desde el concurso afirmaban que estaban dispuestos a readmitirla, eso sí, después de que Jenna anunciara su intención de reunirse con la famosa abogada feminista Gloria Allred.
Sin duda, el amplio apoyo conseguido por la modelo ha influido también en el cambio de postura de los responsables del certamen, controlado por el multimillonario estadounidense Donald Trump. Tan sólo en la web www. change.org se han recogido más de 41.000 firmas a favor de que Jenna regrese al concurso, en el que era una de las favoritas.
La noticia corrió ayer como la pólvora en la Red. Miss Universo colgó un comunicado en su web en el que afirmaba que «permitirá a Jenna competir, una vez que pruebe que cumple los requerimientos legales de género existentes en Canadá, y las normas establecidas por otras competiciones internacionales».
Sin embargo, Jenna asegura que no cantará victoria hasta que esté de nuevo encima de la pasarela junto a sus compañeras y añade que, pase lo que pase, seguirá luchando para que «otras personas en una situación similar no sean discriminadas en el futuro».
Pese a que la joven modelo siempre ha defendido que fue expulsada del concurso por su condición de transexual, desde el certamen aseguran que la descalificaron porque mintió en el formulario de inscripción. Jenna se presentó como lo que es, una mujer, pero según los responsables del concurso ocultó que nació varón.
«No cumple los requisitos exigidos para competir, pero nosotros respetamos sus metas, su determinación y le deseamos lo mejor», aseguraron desde Miss Universo Canadá tras descalificarla. Sin embargo, en las bases del concurso no constaba ninguna cuestión relativa a cambios de sexo.
Jenna es una mujer y se siente como tal desde que tenía cuatro años. Con 14 empezó una terapia hormonal y a los 19 se sometió a una operación de reasignación sexual que la llevó a sentirse en paz con su cuerpo.
«Me considero una mujer plena, pero con una historia», comentaba en una entrevista en 2010 en Tailandia, donde participó en el concurso Miss Reina Internacional, que premia a las mujeres transexuales más bellas.
Dos años más tarde, quiso probar fortuna en Miss Universo Canadá y todo marchaba sobre ruedas hasta que un miembro de la organización descubrió que Jenna se había sometido a una operación de cambio de sexo. «Se siente como una chica de verdad y es una chica de verdad, pero las normas establecen que las aspirantes deben haber nacido mujeres», se justificaba el director del certamen, Denis Dávila.
Sin embargo, para el abogado de la joven modelo, Joseph Arvay, las leyes canadienses están por encima de las normas de un certamen y prohíben de forma expresa que se discrimine a alguien por ser transexual.
Pese a las piedras que ha encontrado en el camino, parece que Jenna podrá seguir luchando por alzarse con la preciada corona el próximo 19 de mayo en Toronto (Canadá).
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